CAMA I, ‘lecho’, voz peculiar del castellano y el portugués, procedente del hispanolatino CAMA ‘yacija, lecho en el suelo’, de origen incierto, quizá prerromano.
1.ª doc.: 1251: Calila, ed. Allen, 129; Zifar, 50.22.
DERIV.
Acamar (V. arriba). Camada [1513: G. A. de Herrera, en la ac. ‘todos los hijuelos de un parto’; 1772 en la de ‘estrato’]. Camastro [Covarr., s. v. cama]; es extraño el significado ‘persona disimulada y doble’ que tiene camastrón [Aut.], chil. camastra ‘astucia’, camastrear ‘hacer el camastrón’; teniendo en cuenta que hay otras palabras de inicial cam- con el mismo significado (mej. camaján, murc. camandón; Acad. camasquince ‘entremetido’), cabe sospechar que todas ellas se deban a una deformación de camándulo o camandulero por floreo verbal o chiste etimológico. Cameña arag. ‘cama de paja o ramaje’ [Berceo], V. arriba. Camero. Camilla [1498, BHisp. LVIII, 357; Lope]; camillero. Camón ‘cama grande’ [h. 1545], ‘trono’, ‘cercado de vidrios que se hace en los palacios para poner dentro la cama’ [Aut.], ‘mirador, tribuna’. Encamar [1644: Mz. de Espinar]; encamado, encamación.
1 De San Isidoro proceden las glosas anglosajonas y alemanas citadas por Posch, WS XVI, 18.― ↩
2 La situación semántica entre cama y leito es análoga en Portugal y Galicia (Sarm. CaG. 111r «leito: la cama») a la del castellano: ambos documentados desde el S. XIII (citas en Crespo Pozo, s. v. cama).― ↩
3 Además, aisladamente, en el habla de St. Vincent de Tyrosse (Landas) kámə ‘cama’.― ↩
4 La desaparición de la k- es normal en vasco, como demuestra Schuchardt BuR, 31, pero no es muy verosímil la idea que ahí expone de que -aña se deba a CAPANNA, evolución fonéticamente imposible en la Gironda y apenas concebible en vasco y alto-aragonés, cuya é prueba además que debemos buscar por otro camino.― ↩
5 Jud, ASNSL CXXIV, 388, junta el girondino camagne con el tipo rético y tesinense CAMANNA ‘cabaña’, sugestión que no puede dejar de tomarse en consideración en vista de que el su. alem. gämmeli ‘establo de ganado’ demuestra que este vocablo alpino ya tenia m en el S. VIII, y por lo tanto no puede ser alteración fonética de cavanna = cabaña. Pero en vista de que NN no da gn en la Gironda, es preferible no separar a camagne del arag. cameña y vasco kamaiña.― ↩
6 Debería estudiarse si esta forma y la auvernesa pueden venir de CAUMA (comp. Queyras chaumar ‘descansar’, y demás formas dialectales reunidas en el FEW II, 538, § 6.°; aran. comà ‘acarrarse [el ganado]’.― ↩
7 Es también muy posible que el it. dial. cama suponga la preexistencia de cama ‘lecho’ en esta región. Pero no es verosímil la idea de Harri Meier, VRom. X, 73-86, de que ‘paja fina’ fuese el significado primitivo del cast. cama y que venga de SQUAMARE ‘sacar escamas’: ni la cronología, ni la rareza de un verbo escamar aplicado a la cama o a la paja, son favorables a su idea. H. Meier, RF, LXIII, 192-4, insiste en su etimología (que rechaza Rohlfs, ZRPh. LXVIII, 300-2, declarándose por un origen prerromano). El paso de ‘yacija’ a ‘paja’ es mucho más probable: comp. ingl. litter ‘paja’, ‘escombros’ ( < fr. litière). Desde luego no tiene que ver con cama el gascón piren. camou(n). (Bearne, Bigorra, Arán) ‘prado pendiente cerca de un río’, que Rohlfs, ZRPh. LII, 491-2 y quisiera relacionar con nuestro vocablo, pero que va con oc. ant. cambon ‘especie de campo’, ‘terreno de aluvión junto al Loire’ (Raynouard II, 303b; Mistral), que se halla en Santa Fe, en Flamenca, en Aigar e Maurin (RF XIV, i, 48 y 57) y en documentos languedocianos o guyenenses de los SS. XII-XIII y hoy sobrevive en Cellefrouin (Charente), sin duda de origen céltico (vid. FEW II, 127b) y emparentado con CAMBA, comp. el nombre de lugar sanabrés os Cambõis (Krüger, Homen. a M. P., II, 140). Agregúese el nombre de lugar Camón, Le C(h)ambon, frecuente respectivamente en Echo y en el Cantal (RLiR XI, 70; Amé, Dic. Topogr.). También es inverosímil la existencia de una relación entre cama, por una parte, y el friul. çhamozz ‘zahurda’, vegl. camarda ‘cabaña’, propuesta por Salvioni, RDR IV, 229, 235, que más bien tendrán que ver con el tipo CAMANNA ‘cabaña’, citado en la nota 5.― ↩
8 También en Sta. M. Egipc., 807, y en muchos inventarios aragoneses de los SS. XIV-XV (BRAE II, 343, 349, 559, 707, 710; III, 90, 224, 360; IV, 222; de ahí un adjetivo cameñal). Hoy significa ‘ajuar de novia’ en el Alto Aragón (BDC XXIV, 164).― ↩
9 Brüch, Ammann-Festgabe (Innsbruck, h. 1953) II, 1-19, defiende la etimología CHAMEUNIA en términos análogos a los que indico como posibles (aunque para mí poco verosímiles), y sin aducir novedades de interés.― ↩
10 Nótese que cama ‘lecho’ es vocablo totalmente ajeno al catalán. Podría suponerse que hubiese sido eliminado allí por la concurrencia de cama ‘pierna’, y en favor de esta idea podría invocarse el argumento de que el Cid, que emplea esta última palabra, no contiene tampoco aquélla. Pero es argumento más especioso que sólido, pues lecho no figura tampoco en el Cid, ni hay que yo sepa en este poema otro vocablo alguno para designar la misma idea. Luego hemos de creer que cama ‘lecho’ formaba parte del vocabulario del autor del poema, que casualmente no tuvo ocasión de emplearlo. Si cama ‘lecho’ hubiese desaparecido del catalán por una homonimia, hallaríamos derivados, cuando en realidad no hay de ellos la menor huella. Tampoco en las hablas languedocianas, que contienen bastantes iberismos.― ↩
11 Covarr., s. v., reproduce otras muchas etimologías, las unas imposibles fonéticamente y las demás absurdas desde el punto de vista semántico. Tampoco hay verosimilitud alguna en su idea de que venga de CAMUS ‘cabestro’ con el sentido de camastro cinchado o cama de cordeles. ↩